¡Più Avanti!
No te des por vencido, ni aún vencido
No te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.
Pedro Bonifacio Palacios “Almafiera”
Podemos
—máxima
manifestación en España de la infección del totalitarismo—
ha encontrado con su incorporación al Gobierno Socialcomunista de Antonio
Frankenstein —a quien tienen abducido—,
el vehículo perfecto para que aquella infección totalitaria esté provocando una
putrefacción tiránica en todo el Estado.
Es evidente que esa situación está provocando que nuestro Gobierno no quiera ser sólo Gobierno, sino que extienda la contaminación socialcomunista hacia las funciones del resto de los poderes del Estado y de la Sociedad.
Solo la “guerra cultural” que mantenemos algunos —con el espíritu de resistencia que nos relata “Almafiera” en su poema ¡Piú Avanti! que encabeza esta reflexión—, nos permitirá librarnos de la grave amenaza del peligroso comunismo/fascismo de izquierdas que infecta al Estado desde un Gobierno surgido de una impresentable coalición parlamentaria de socialistas, comunistas, separatistas, filoetarras y localistas extremos como Coalición Canaria y Teruel Existe.
El Gobierno ha aumentado de forma notable su poder a base de imposiciones arbitrarias y de dudosa legalidad a los ciudadanos y al resto de instituciones del Estado
La legitimidad de un sistema democrático no radica sólo en que gobiernen aquellos que hayan obtenido la mayoría tras unas elecciones, sino que requiere de unas instituciones independientes y neutrales, que hagan de contrapeso y límite del poder del Ejecutivo, instituciones que el sanchismo ha destruido poco a poco.
Ese sistema de “contrapesos” es justo lo opuesto a la “hegemonía excluyente” propugnada por Gramsci, Laclau y Mouffe, que tanto gusta al populismo comunista/peronista de podemos.
En nuestros días, las revoluciones políticas ya no son actos violentos, —salvo para Pablo Iglesias que en su primera clase en la Universidad, desde su nuevo empleo, ha defendido la lucha violenta como elemento esencial de las revoluciones— sino que comienzan con cuestiones semánticas —de cambio de lenguaje— y la consecuencia inmediata de esta manipulación del lenguaje es que la verdad o la mentira pierden, sistemáticamente, su significado, de modo que la gravedad y condena por los abusos ilegales y delitos, ya sean violentos o no, que de aquellas mentiras se derivan, han dejado de depender de los hechos cometidos, para centrarse en la identidad del autor o de la víctima, con especial atención a su raza, su sexo, su ideología, o su comunión con cualquier “causa fragmentaria”, que no son sino el conjunto de los objetivos incongruentes, demagógicos e irracionales de las tribus progresistas antisistema radicales de la izquierda identitaria posmoderna, con los que quieren socavar los fundamentos de las democracias liberales occidentales.
Nos enfrentamos así al totalitarismo, que empieza en el plano semántico pero que acaba en una gangrena putrefacta y destructiva de los cimientos mismos de las democracias liberales.
Hitler alcanzó el poder con mayoría absoluta en las elecciones de 1933 con la promesa de volver a hacer grande a Alemania, a la que acabó destruyendo.
El PSOE ha preferido formar su mayoría de investidura con un pacto “Frankenstein” con nacionalistas, separatistas, etarras y comunistas y aquellos localismos extremos antes citados, que están destruyendo España y los derechos y bienestar de los españoles.
Y ello nos lleva a la conclusión de que el efecto ha sido el mismo en uno y otro caso: la subversión de la democracia liberal en beneficio del totalitarismo fascista o comunista, pues ambos son la misma cosa.
Y otra de las manifestaciones de ese fascismo comunista es el empleo de la “Doble vara de medir” cuando lo criticable ha sido cometido por un miembro de la banda gobernante o por un discrepante.
El ejemplo más reciente ha sido el acoso y amenazas, incluso físicas, y con insultos de honda gravedad, sufridos por la Presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Diaz Ayuso en la Universidad Complutense cuando fue a recoger su distinción como “Alumna Ilustre” de dicha Universidad.
Pocas fechas antes, Irene Montero consideraba públicamente que las críticas y los ataque que estaba sufriendo por el desastre de los efectos de su Ley del “Si es Si”, eran “violencia política” y pedía su persecución penal como “Delitos de Odio”
Sin embargo ante los ataques sufridos por Ayuso, la propia Montero, junto a varios Ministros y personalidades vinculadas al Gobierno Socialcomunista, decían que eso le pasaba “por haber ido a la Complutense a provocar”; vamos, que han hecho suya aquella inventada crítica que afirmaba que el “heteropatriarcado” despreciaba y humillaba a las víctimas de violencia sexual al decir que la culpa era de ellas por “ir provocando a sus agresores con sus minifaldas”.
Otro ejemplo es el del reciente asesinato de un sacristán en su iglesia de Algeciras por un yihadista marroquí de 25 años, que la izquierda ya califica de “trastornado mental”, tratando de blanquearle por ser musulmán —solo les ha faltado repetir la cantinela de que “hay que respetarle porque son sus costumbres”— tras hablar de fallecimiento y no de asesinato y decirnos que la culpa no es de los inmigrantes musulmanes —en su mayoría ilegales respecto de los que solo se ejecuta el 5% de las órdenes de expulsión decretadas— sino de unos pocos exaltados, cuando la avalancha de descontrolada inmigración ilegal no cumple el mínimo de control exigible en la situación de alerta antiterrorista que en España está declarada en el nivel 4 sobre 5.
Incluso una conocida presentadora de televisión ha tenido la desvergüenza de afirmar en su programa que “a lo mejor el presunto yihadista estaba molesto por que pudo haber acudido a la Iglesia en busca de ayuda que no le prestaron”.
Y no podemos olvidar ―para quienes piensen que la situación nunca llegaría a afectarles personalmente― la persecución sufrida por el profesor de Biología, de 1º de la ESO, Jesús Luis Barrón, que fue suspendido de empleo y sueldo por afirmar que biológicamente tan sólo existen dos géneros, masculino y femenino, con genes XY y XX respectivamente, lo que la inspección educativa de Madrid-Este consideró expresiones "homófobas, sexistas y tránsfobas", pero Barrón defiende su derecho fundamental de los profesores a la libertad de enseñanza, así como la concreción específica de la libertad de expresión, que supone la posibilidad que tienen los docentes de exponer la materia que deben impartir con arreglo a sus propias convicciones —siempre con cumplimiento de los programas establecidos— y ese es el eje central que esgrime Barrón para negar la mala praxis que se le imputa.
Y eso, si no lo logramos evitar, irá ocurriendo con todos y cada uno de quienes no comulguemos con las ruedas de molino del pensamiento socialcomunista woke de la izquierda extrema.
Pero todo esto no solo ocurre en España, como declaró en su intervención en el Parlamento la eurodiputada conservadora húngara Enikó Gyóri, que denunció los ataques al Estado de Derecho que comete el Gobierno Socialcomunista de España, lamentando que la UE no sancione a España por estos motivos al estar gobernada por un partido de izquierdas y si lo haya hecho, por motivos parecidos, a Hungría donde gobiernan los conservadores; denuncia que ha reiterado el eurodiputado portugués pablo Rangel, también conservador, que criticó a las instituciones europeas por aplicar diferentes varas de medir en las sanciones por violación de los estándares europeos de Estado de Derecho a los países miembros gobernados por las izquierdas o los conservadores.
Lo que pone de manifiesto la sospecha de que la UE, contaminada por esa tentación de totalitarismo izquierdista que afecta ya a sus instituciones, discrimina a sus miembros con Gobiernos conservadores, frente a los gobernados por las izquierdas.
También en Estados Unidos la infección se extiende como muestra de una cultura woke infantilizada que ha hecho de la “corrección política” y la “cultura de la cancelación” —en definitiva de la censura al discrepante— sus banderas progresistas contra la libertad de los ciudadanos.
Los ejemplos más evidentes se están dando en el ámbito universitario donde no podemos evitar referirnos a la prestigiosa Universidad de Harvard, que ha publicado una relación de palabras y conceptos prohibidos por incorrectos políticamente, o la de Minnesota, que acaba de declarar que “es más importante no ofender a los musulmanes que la libertad académica”, en otras palabras, que es más importante aceptar la intolerancia musulmana que defender la libertad de pensamiento y cátedra.
Y es tan descorazonadora toda esta situación que, en ocasiones, me tienta la flaqueza y hago mías las palabras de Cicerón: Saepe ne utile quidem est scire quid futurum sit (A veces es mejor no saber lo que pasará).
Aunque inmediatamente me repongo y vuelvo a la pelea como en los versos de Almafiera
Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Finalmente quiero hacer una aclaración.
Se me ha criticado, por alguno de mis lectores, que hable de "GUERRA CULTURAL" pues consideran que, a lo que me refiero, no es una cuestión de cultura sino de idiocia, incapacidad y pueril obsesión ideológica woke.
Efectivamente, a la izquierda woke no le interesa la “CULTURA” entendida como el conjunto de modos de vida, costumbres, conocimiento y grado de desarrollo artístico, científico o industrial en una época, grupo social, territorio, etc.…
Lo que realmente le interesa al neo marxismo, es el uso de esa “CULTURA” como instrumento político al servicio de la meta de alcanzar la “Supremacía” gramsciana, en definitiva “EL PODER” y es esa utilización bastarda de la "cultura" lo que queremos combatir.
Y concluyo esta reflexión con un nuevo video, con la mítica "Resistiré" del Dúo Dinámico
© 2023 Jesús Fernández-Miranda y Lozana
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