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viernes, 16 de diciembre de 2022

AGENDA 2030 - EL FRACASO DEL COP27


 

Cuando hablamos de “La Tierra” nos olvidamos de que más del 70% de La superficie de nuestro planeta está cubierta por el agua, e incluso desde el espacio puede verse su imagen puramente acuática como la que os muestro y que no es frecuente ver, mar en el que se generan los efectos de EL NIÑO y LA NIÑA —a los que me he referido en una anterior entrada de este Blog a que podéis acceder pinchando en su nombre coloreado y gran parte del CO2 que preocupa a los clima alarmistas.

Y sobre nuestro planeta levita una polémica científica y política que no es otra que la del “Cambio Climático” sobre el que ya hemos hablado en diversas entradas anteriores.

Los científicos y los políticos pueden agruparse en esta materia en dos grupos perfectamente diferenciados:

1.- Los Clima escépticos

2.- Los Clima alarmistas

Los primeros consideran que, efectivamente, se está produciendo un cambio climático en nuestro planeta, pero niegan la influencia humana en el mismo, que imputan a los ciclos solares, los fenómenos de enfriamiento o calentamiento marinos como son El Niño y La Niña, de los que ya hemos hablado por aquí la actividad volcánica y los ciclos climáticos vividos por La Tierra desde hace millones de años.

Los segundos, por el contrario, sostienen que el cambio climático depende en gran medida del comportamiento humano y muy políticamente influidos, imponen medidas globalistas que afectan a los países en desarrollo tanto como a los desarrollados, y que en nuestro caso se concretan en los excesos injustificados que la socialdemocracia, imperante en Europa, ha concretado sin ambages en la “Agenda 2030”.

Debo reconocer que no soy un experto en climatología ni en política climática, pero como nos dice Blaise Pascal en sus “Pensamientos”

“Es mejor saber algo de todo, que solo saber todo sobre algo”

Y bajo esa premisa, y en base a mi curiosidad, puedo hacer algunos comentarios en relación con la polémica existente.

Vayamos primero a realizar un análisis de las posiciones de los Clima alarmistas, su fundamento y su base político/ideológica.

Tras la aprobación del conocido “Protocolo de Kioto” este movimiento ha anunciado la proximidad de desastres climáticos ocasionados por el calentamiento de la atmósfera por culpa de las emisiones humanas de CO2.

Así es recurrente la advertencia de que las costas de todos los continentes desaparecerán bajo las aguas. Incluso se ha diseñado un programa que simula los efectos de esas inundaciones que hasta la fecha no se han producido.

Esas previsiones Provocarían un desastre en la zona de Sevilla, y la desaparición de gran parte de la costa noreste italiana, incluida Venecia, con la proyección puramente teórica que muestro a continuación.

Sin embargo, insisto. En 1990 se afirmó que tal devastador efecto se produciría en torno a 2010, y no ha ocurrido.

       

          Y añado aquí, como ejercicio un poco de broma, las imágenes de "la Dogana di Mare" de Venecia antes y después de la inundación, que he elaborado con photoshop


Por otra parte, los clima alarmistas, englobados en el ICCP (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) amparados y propiciados por la ONU con la complicidad de la UE y su “Agenda 2030”— afirman que el calentamiento global se está produciendo por la acción del hombre y presionan a los países en desarrollo para que no continúen quemando combustibles fósiles, a lo que algunos como India y China ya han contestado que Occidente, que se ha desarrollado desde la Revolución Industrial mediante esa utilización, llegando a crear sociedades desarrolladas, no pueden pretender que sus países no usen tales combustibles y renuncien al proceso de mejora de las condiciones de sus poblaciones.

Lo que por otra parte también se ocultan por el ICCP y se denuncia por la organización creada por los Clima escépticos, el NICCP (Panel No Intergubernamental sobre el Cambio Climático) es que el proceso de Calentamiento Global es puramente cíclico y depende de las circunstancias naturales que apuntábamos anteriormente, y lo más grave, ocultan que ese proceso de calentamiento muy posiblemente alterará la mecánica de la “Corriente del Golfo” abocando al planeta a una nueva etapa glacial.

Y es por eso por lo que afirman que el desmantelamiento de las energías basadas en combustibles fósiles y la electrificación pretendida de las sociedades desarrolladas, es un gasto ingente e innecesario del que nos arrepentiremos en un futuro próximo, porque la glaciación que se avecina destrozará todas las previsiones del IPCC y los objetivos de la “Agenda 2030” que con tanto empeño impone la UE.

Es más, se advierte que todas las medidas promovidas por los Clima alarmistas, subvencionadas por las grandes fortunas mundiales, responden no al cuidado del planeta, sino a dos objetivos inconfesables:

1.- La dinámica Malthusianista de reducir la población del tercer mundo en un intento de evitar la competencia de los superpoblados países en desarrollo, frente a los envejecidos y desarrollados países de Occidente.

2.- Someter a la población mundial —atemorizando a los ciudadanos hasta que acepten la renuncia a sus comodidades— a su dominio dictatorial con el fin de continuar gobernando el mundo desde sus posiciones ideológicas, ya desde posiciones ultraconservadoras de derecha ultra capitalista, ya desde posiciones ideológicas populistas de corte marxista.

Pero estas consideraciones no son meras opiniones personales.

La NASA admite que el cambio climático ocurre debido a cambios en la órbita solar de la Tierra, y NO debido a SUV y combustibles fósiles.

En el año 2000, la NASA publicó información sobre la Teoría del Clima de Milankovitch, revelando que el planeta, de hecho, está cambiando debido a factores extraños que no tienen absolutamente nada que ver con la actividad humana. 

El factor más importante que afecta el clima de la tierra es el SOL

En cuanto a la oblicuidad de la Tierra, o su cambio en la inclinación axial, las dos imágenes siguientes (Robert Simmon, NASA GSFC) muestran el grado en que la Tierra puede desplazarse tanto en su eje como en su orientación de rotación. 

En las inclinaciones más altas, las estaciones de la Tierra se vuelven mucho más extremas, mientras que en las inclinaciones más bajas se vuelven mucho más suaves. 

Existe una situación similar para el eje de rotación de la Tierra, que dependiendo de qué hemisferio apunte al sol durante el perihelio, puede afectar en gran medida los extremos estacionales entre los dos hemisferios.

Sobre la base de estas diferentes variables, Milankovitch pudo llegar a un modelo matemático integral que es capaz de calcular las temperaturas de la superficie en la Tierra en el tiempo, y la conclusión es simple: el clima de la Tierra siempre ha estado cambiando y está en constante estado de flujo debido a la falta de culpa nuestra como seres humanos.

Cuando Milankovitch presentó por primera vez su modelo, fue ignorado durante casi medio siglo. Luego, en 1976, un estudio publicado en la revista Science confirmó que la teoría de Milankovitch es, de hecho, precisa, y que corresponde a varios períodos de cambio climático que han ocurrido a lo largo de la historia.

En 1982, seis años después de la publicación de este estudio, el Consejo Nacional de Investigación de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU. Adoptó la teoría de Milankovitch como verdad, declarando que:

«… las variaciones orbitales siguen siendo el mecanismo de cambio climático más minuciosamente examinado en escalas de tiempo de decenas de miles de años y son, con mucho, el caso más claro de un efecto directo de cambio de insolación en la atmósfera inferior de la Tierra».

Si tuviéramos que resumir todo en una frase simple, sería esta: el factor más importante que influye en el clima y los patrones climáticos en la tierra es el sol , punto. Dependiendo de la posición de la tierra hacia el sol en un momento dado, las condiciones climáticas variarán drásticamente e incluso crearán anormalidades drásticas que desafían todo lo que los humanos creían saber sobre el funcionamiento de la tierra.

Pero en lugar de aceptar esta verdad, los «científicos» climáticos de hoy, unidos por políticos izquierdistas y medios de comunicación principales cómplices, insisten en que no usar bolsas de supermercado reutilizables en el supermercado y no tener un vehículo eléctrico están destruyendo el planeta tan rápido que debemos implementar absolutamente impuestos climáticos globales como la solución.

“El debate sobre el cambio climático no se trata de ciencia. Es un esfuerzo para imponer controles políticos y económicos sobre la población por parte de la élite ”, escribió un comentarista en el programa de radio Hal Turner .

«Y es otra forma de dividir a la población contra sí misma, con algunos que creen en el calentamiento global provocado por el hombre y otros que no, es decir, dividir y conquistar».

La verdad, sin embargo, es mucho más similar a lo que el astrofísico serbio Milutin Milankovitch, después de que se nombra la Teoría del clima de Milankovitch, propuso cómo las variaciones estacionales y latitudinales de la radiación solar que golpean la tierra de diferentes maneras y en diferentes momentos , tienen el mayor impacto en los patrones climáticos cambiantes de la tierra.

Sin embargo la engrasada maquinaria propagandística de unos y otros tratan de desautorizar, acusándoles de “Fascistas Negacionistas”, a quienes se oponen a su política medioambiental y se enfrentan a las posiciones del IPCC y sus cacareados mantras del riesgo de supervivencia del planeta por culpa de los excesos humanos.

Así, los izquierdistas trastornados y obsesionados con el clima ahora han comenzado a afirmar que realmente solo nos quedan 18 meses antes de que el planeta muera por un exceso de dióxido de carbono CO2.

Y todo ello adobado por un insano deseo de sometimiento y empobrecimiento de la gente con aquel claro objetivo de control.

Así lo demuestran las previsiones para el año 2030 hechas en 2016, publicadas el 18 de noviembre —hace ahora 6 años— por el World Economic Forum —o foro de Davos— y el FMI entre las cuales destacó la polémica frase:

”En 2030 no tendrás nada y serás feliz”.

En cualquier caso estas políticas, cuya implantación se defiende con propaganda muy agresiva, están empezando a cansar a los ciudadanos de a pie, pues como dijera Blaise Pascal:

“Ned quid nimis”

Nada en demasía

Pues aquello que se usa en demasía acaba empalagando los sentidos de sus receptores y provocando su rechazo.

Las pruebas de ese hartazgo empiezan a ser numerosas, y aparte de la cada vez mayor influencia del clima escéptico NICCP, está la reciente firma de un Manifiesto contra las posiciones Clima alarmistas de ICCP firmada por más de 500 científicos, investigadores Catedráticos e intelectuales italianos; o el cuasi fracaso de la Cumbre del Clima de Egipto (COP27), celebrada en las paradisíacas playas de Sharm el-Sheikh, donde se ha acordado la creación de un “fondo para la ayuda a los países en vías de desarrollo vulnerables ante el Calentamiento Global”, pero sin concretarse cuales sean estos, ni la cuantía del fondo ni los criterios de distribución.

Por otra parte "Se reitera la invitación a las Partes para que consideren nuevas medidas para reducir para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero distintos del dióxido de carbono, incluido el metano".

 Tanto la Unión Europea como la ONU, forofos del Clima alarmismo y de la “Agenda 2030”, han asegurado que no es suficiente y, por tanto, han calificado el acuerdo de mínimos, ya que no se han mejorado los acuerdos de la COP26 de 2021 de Glasgow, aunque lo cierto es que la ausencia de China y la India dan poco valor a los acuerdos alcanzados que, aunque fueran de “Máximos”, sin la presencia de esos dos gigantes mundiales tendrían poca eficacia.

Y mientras la izquierda socialdemócrata europea sigue con la cantinela del Calentamiento Global, la NOAA nos dice que la extensión de hielo, en estas fechas, en el área ártica es la mayor registrada desde 1967, fecha en que comenzaron los registros.

¡TOMA CALENTAMIENTO GLOBAL!

Y lo reflejo en estas imágenes


Por su parte Girauta, en su libro "Sentimentales, ofendidos, mediocres y agresivos", citando un estudio de 2018 de Shellenberger, afirma que: Las políticas de cambio climático tienen más probabilidades de dañar la producción de alimentos y empeorar el nivel de pobreza rural que el cambio climático en sí mismo. 

De esta forma, las «políticas climáticas» contenidas en la "Agenda 2030" encarecerían la energía y darían lugar a un mayor uso de biocombustibles y biomasa, lo que a su vez aumentaría la escasez de tierra y el coste de los alimentos. 

El propio IPCC llega a esa misma conclusión.

 En todo caso, leyendo o escuchando a los ponentes del COP27, parece que no hay uno solo de los males que sufre el planeta que no pueda explicarse por la 'crisis climática'. Y como nos recuerda Guy Sormand ya no decimos 'calentamiento global; porque sería mensurable. sino 'crisis climática' o. mejor aún. 'cambio climático', no mensurables. Este cambio de vocabulario permite explicar cualquier cosa y su contraria por el clima.

Sin embargo, es un error atribuir el calentamiento que se está produciendo únicamente a la industrialización, el capitalismo y el dióxido de carbono. Y esto por la sencilla razón de que el calentamiento medido por la subida del nivel del mar se remonta a finales del siglo XIX amen de la industrialización masiva del planeta. 

Es innegable que el dióxido de carbono parece que contribuye al calentamiento global, pero no sabemos hasta qué punto; se favorece en el discurso climático solo porque es fácilmente cuantificable.

 En cuanto a los demás gases de efecto invernadero que no son el CO2, como el metano, que es esencialmente obra de las vacas, los científicos del clima concluyen que todos deberíamos hacemos vegetarianos. 

Según nos contaba Guy Sormand en un reciente atículo en ABC se ha hablado en Sharm el-Sheikh de un complemento alimenticio que reduciría las emisiones de metano de los bovinos, pero los activistas medioambientales, representados en exceso en está conferencia de Egipto, no quieren oír hablar de soluciones técnicas: no quieren a las vacas, igual que no aceptan la energía nuclear, aunque no emita gases de efecto invernadero. 

    No hay otra solución a la “crisis climática” aceptable para los militantes de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que un cambio de civilización, el decrecimiento, el fin de la globalización, la vuelta a la naturaleza deidificada.

    Nada sería más odioso para ellos que las soluciones realistas, porque destruirían la razón de ser de esta gente de las ONG. Personas que se enorgullecen de salvar al planeta y además viven bien de ello. 

    ¿Será el clima la causa real y única de los desastres humanitarios que se  denunciaron en la cumbre de Sharm-El-Sheikh. como las migraciones y las hambrunas? 

    ¿Las migraciones? Los centroamericanos que se exilian en EEUU, o los que abandonan el Sahel para refugiarse en Europa no huyen del calor, sino de la guerra civil y de una miseria muy anterior al calentamiento global. 

    Pero el clima hace posible que no se aborden las verdaderas causas como las depredaciones perpetradas en los países pobres por dirigentes corruptos que, entre otros delitos desvían los recursos naturales y la ayuda internacional en beneficio propio. El clima también permite pasar por alto algunas grandes obras faraónicas, realizadas por dictadores y origen de carestías más humanas que climáticas.

Guy Sormand cita dos ejemplos: la presa india en el Ganges, que está secando la agricultura en Bangladesh, y la presa etíope en el Nilo, que está destruyendo la agricultura egipcia rio abajo. Pero es más conveniente culpar al clima que a las presas y a sus autores. 

Del mismo modo, los ciclones y los tomados no son fenómenos nuevos causados por el 'clima'. pero destruyen viviendas en regiones costeras que nunca estuvieron habitadas y no deberían estarlo, al igual que sucede en España con las inundaciones frecuentes en zonas de antiguos cauces fluviales que nunca deberían de haber sido ocupados con edificaciones.

Pero vayamos concluyendo y lo haré, como siempre, con una nueva pieza musical. En este caso ya que hablamos de la naturaleza lo haré con un clásico, el primer movimiento de la Sinfonía nº6 "Pastoral" de Beethoven


© 2022 JESÚS FERNÁNDEZ-MIRANDA Y LOZANA


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