El miércoles se acabó el otoño y comenzó el invierno, que continúa cargado de sinsentidos y disparates, con nuestra sociedad
cada día más desarraigada y perdida.
¿Y
con estas, y otras muchas más desventuras, como quieren ustedes que no
me asalte la melancolía?
Sobre
todo, cuando los reclamos de “la berrea” de principios del otoño, se han contagiado, en lo ruidoso, de
los venados a los políticos, y acabada en aquellos, persiste animalmente en
estos.
Según
nos dice Herman Hesse en “El lobo estepario”,
“En
el pecho del hombre anida una miríada de distintas personalidades, fruto de
nuestras propias experiencias, que aleatoriamente se manifiestan, según las
circunstancias, dando esencia al complejo ser del arma inabarcable.”
Pues
bien, en este momento de todas esas criaturas, mi alma se encuentra dominada
por un venado, ese Rey de los bosques, majestuosamente coronado, a la vez
curioso y asustadizo, que huye en cuanto ve algo anormal en su mundo, al no
querer saber nada de la basura que todo lo domina.
Hace
un par de noches comencé a pergeñar este post, pero me dio pereza levantarme de
la cama para escribirlo y en gran parte se me ha olvidado, aunque sé que
permanece en mi interior como los versos de Harry Haller, y que del mismo modo
que a él, imagino que sus retazos permanecen escondidos en mi interior como una
nuez dentro de una cáscara rugosa y
vieja.
Trataré,
a fuerza de constancia, sacarlos a la luz y disfrutarlos.
Son
muchos los acontecimientos ocurridos en este terminado otoño, como para centrarse solamente
en uno de ellos, pero como sería imposible abarcar todos los dislates que
ocurren en nuestra sufriente Patria, voy a céntrame solamente en uno de ellos,
amplio y complejo, que no es sino espejo de lo que ocurre, todo, en nuestra
enferma sociedad, y que no es sino el comportamiento de ese Jefe Supremo de la
banda social comunista, el aspirante a Tirano Pedro Sánchez.
"Nosotros queremos hacer lo que hizo Largo Caballero"
¿Ignorancia o mala fe?
Son proverbiales las declaraciones de Largo Caballero en un mitin en Linares el 20 de enero de 1936, durante la
campaña de las elecciones de febrero del mismo año en las que la izquierda
protagonizó un verdadero golpe de Estado con el pucherazo de que dio el poder,
ilegalmente, pero de facto, al Frente Popular:
“Quiero
decirles …que si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble,
colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a
la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por
decirlas, que nosotros lo realizamos”
Vamos,
que nuestro Gobierno Frankenstein vuelve a transitar por iguales bravuconadas y
alardes de sentimiento antidemocrático propios de la izquierda radical
comunista.
Lo malo es que en 1936 aquellos alardes condujeron a una guerra Civil, cosa que, gracias a Dios, veo harto improbable hoy en día.
Pero la toma de las calles, la
inseguridad, los actos de coacción de las libertades de los demás (escraches) y
el talante navajero, tabernario y violento de los comunistas nos amenaza de nuevo.
En marzo de 2005
el Gobierno Socialista presidido por el Sr. Rodríguez Zapatero decidió, en un
acto más de su campaña por la recuperación de la Memoria Histórica, retirar la
estatua ecuestre de Francisco Franco situada en los jardines de la plaza de San
Juan de la Cruz de Madrid, frente al Ministerio de la Vivienda.
A la vuelta de
la esquina, en el Paseo de la Castellana, y en el bulevar lateral situado
delante del edificio de los Nuevos Ministerios, se encuentra el monumento a
Largo caballero cuya fotografía reproducimos.
Sinceramente,
creo que no.
Si el argumento
para la retirada del monumento del general es que en nuestras calles no deben
perdurar monumentos a “antidemócratas”, la estatua de Largo Caballero debería
seguir el mismo destino que la de Franco: ser retirada de la calle y arrumbada
en un almacén.
Y voy a explicar el porqué de esta reflexión
heteróclita.
LARGO CABALLERO RESPONSABLE DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934
En el año 1934,
tras largos y concienzudos preparativos, Largo Caballero lideró en la sombra el
golpe de Estado contra la legalidad de la República. A tal efecto y desde el 3
de febrero de 1934 presidió el Comité Nacional Revolucionario
Por todo ello
fue considerado como uno de los máximos responsables de la revolución de
Asturias de octubre de 1934. El balance del tristemente famoso golpe de Estado
socialista fue casi de 1.400 muertos en 26 provincias.
Fervoroso
defensor del marxismo y la dictadura del proletario, el golpe de Estado de
Largo Caballero y el PSOE, es considerado por muchos historiadores como el
inicio de la Guerra Civil de 1936-1939.
El 3 de
diciembre de 1933, las elecciones fueron ganadas por las derechas, siendo la
consecuencia inmediata la nueva distribución de los escaños del Congreso, ya
que ahora los partidos de la derecha ocupaban 217, de los cuales 115
pertenecían a la CEDA; 160 a los partidos de centroderecha, y 96, a los de
izquierdas. Por primera vez habían participado las mujeres, mientras que los
anarquistas se abstuvieron.
Ese mismo día
Largo Caballero instaba a la Directiva del Partido a concretar “un
movimiento revolucionario a fin de impedir un régimen fascista”.
Así pues, el alzamiento de 1934 no fue una
consecuencia, como a veces se ha intentado hacer creer, del abuso de la derecha
en el Gobierno durante su mandato, ya que éste aún no había tomado posesión y
el golpe ya se estaba preparando.
LARGO CABALLERO IMPULSOR DEL
FRENTEPOPULISMO BOLCHEVIQUE TRAS LAS ELECCIONES DE 1936
Largo Caballero
difícilmente podía ser más explícito sobre las intenciones del PSOE de cara a
las elecciones de 1936.
Ya hemos comentado algunas las expresiones
inequívocamente antidemocráticas del personaje. Pero hay más:
El 10 de febrero
de 1936, en el Cinema Europa, Largo Caballero volvía a insistir en sus tesis:
“...
la transformación total del país no se puede hacer echando simplemente
papeletas en las urnas... estamos ya hartos de ensayos de democracia; que se
implante en el país nuestra democracia”.
Para afirmar finalmente:
“Yo
declaro... que, antes de la República, nuestra obligación es traer al
socialismo... Hablo de socialismo marxista... socialismo revolucionario...
somos socialistas pero socialistas marxistas revolucionarios... ¿Procedimiento?
¡¡El que podamos emplear!!»...
Y así fue,
provocando el levantamiento de los militares y la guerra civil con sus desmanes.
Tras las
elecciones de 1936, según datos aportados por Cesar Vidal en un artículo
publicado en la Bitácora “Rabos de Pasa”, en las elecciones los resultados
fueron los siguientes:
9.716.705 votos emitidos
4.430.322 fueron para el Frente popular
4.511.031 para las derechas
682.825 para el centro
91.641 emitidos en blanco o resultaron
destinados a candidatos sin significación política.
Sobre estas
cifras resulta obvio que la mayoría de la población española se alineaba en
contra del Frente popular.
Sin embrago, y
según relato del que fuera presidente de la República, Alcalá Zamora, al diario
Journal de Geneve, publicadas en 1937:
“A
pesar de los refuerzos sindicalistas, el "Frente Popular" obtenía
solamente un poco más, muy poco, de 200 actas, en un Parlamento de 473
diputados. Resultó la minoría más importante pero la mayoría absoluta se le
escapaba. Sin embargo, logró conquistarla consumiendo dos etapas a toda
velocidad, violando todos los escrúpulos de legalidad y de conciencia.
Primera
etapa: Desde el 17 de febrero, incluso desde la noche del 16, el "Frente
Popular", sin esperar el fin del recuento del escrutinio y la proclamación
de los resultados, lo que debería haber tenido lugar ante las Juntas
Provinciales del Censo en el jueves 20, desencadenó en la calle la ofensiva del
desorden, reclamó el Poder por medio de la violencia. Crisis: algunos
Gobernadores Civiles dimitieron. A instigación de dirigentes irresponsables, la
muchedumbre se apoderó de los documentos electorales: en muchas localidades los
resultados pudieron ser falsificados.
Segunda
etapa: Conquistada la mayoría de este modo, fue fácilmente hacerla aplastante.
Reforzada con una extraña alianza con los reaccionarios vascos, el "Frente
Popular" eligió la Comisión de validez de las actas parlamentarias, la que
procedió de una manera arbitraria. Se anularon todas las actas de ciertas
provincias donde la oposición resultó victoriosa; se proclamaron diputados a
candidatos amigos vencidos. Se expulsaron de las Cortes a varios diputados de
las minorías. No se trataba solamente de una ciega pasión sectaria; hacer en la
Cámara una convención, aplastar a la oposición y darle mayoría absoluta al
Frente Popular.”
En consecuencia,
no podemos sino denunciar la responsabilidad de los líderes del Socialismo
español de los años 30 en el desencadenamiento de la Guerra Civil, de la que,
con toda desfachatez, culpan a la derecha.
En atención a
todo lo relatado, que evidencia el talante antidemocrático y bolchevique de
Largo Caballero, no veo razón para que se mantenga su monumento en nuestras
calles.
Su sola presencia hiere mi sensibilidad
democrática.
Pero como la
conciencia y la memoria populares son obtusas, manipuladas y adoctrinadas,
tendré que aguantarme, y recordar lo que decía Marcelo Pera:
“Se
recuerdan continuamente los crímenes del nazismo, del fascismo o del
franquismo, y con mucha más facilidad se olvidan los del comunismo. Y ello
porque, en gran medida los autoproclamados “intelectuales
de izquierda” siguen pensando que la idea en que se inspiraba el comunismo
era buena, pero que en la práctica se realizó mal. La utopía sigue obrando
dentro de la “cultura ─cultureta─ de
izquierda”, aunque lo cierto es que esa pervivencia no ha producido ninguna
idea nueva.”
Ni ha sido capaz, añadiría yo, de encontrar fórmulas para lograr alcanzar sus metas y superar sus errores para llegar a la creación de su utópico “hombre nuevo”, porque en esencia es imposible encontrar soluciones para lo que son errores teóricos de base ─insuperables─ del marxismo/comunismo, como he tratado de explicar en mi entrada PORQUE SOY ANTIMARXISTA ─a la que podéis acceder presionando su título resaltado en color─ errores entre los que destaca, esencialmente, el desconocimiento, por parte del marxismo/comunismo, del misterio más hondo del ser humano, el enigma y la realidad innegable de LA LIBERTAD que habita en él y que hace imposible reducir al hombre a un mero conglomerado de determinantes sociales y económicos; libertad que no admite ser sometida o limitada en aras de una pretendida y falsa igualdad, pues al serlo queda destruida la esencia y dignidad del ser humano.
Como decía Torcuato Fernández-Miranda
"El hombre tiene que ser libre para hacer aquello que como tal hombre quiera hacer, no lo que los demás hagan o quieran que él haga. Eso sería como vulnerar su propia vida. La vida tiene que ser plenamente individual, valga o no valga para los demás".
Mientras tanto Pablo Iglesias y otros lideres autoproclamados comunistas ─aunque se asemejan también mucho al peronismo populista de izquierdas de inspiración propiamente mussoliniana─ aventajado discípulo de los antidemocráticos miembros del Frente Popular de los años 30 del siglo pasado, manifiesta con ardor que “ve con buenos ojos” que se pegue a un policía en las manifestaciones, mientras considera los acosos o escraches “jarabe democrático", del mismo modo que, me imagino, que verá con buenos ojos la toma de la Asamblea Legislativa Venezolana por los chavistas, la toma del Palacio de Invierno por los bolcheviques, el asalto al cuartel de la montaña por las turbamultas anarquistas socialistas y comunistas, la quema de iglesias, los fusilamientos en Paracuellos, el cementerio de Aravaca, Belchite... o cualquier otro acto brutal y antidemocrático que a ustedes se les pueda ocurrir.
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