La “Cruz de San Andrés” o “Cruz de
Borgoña” es un distintivo heráldico del Ducado de Borgoña, cuyo Santo Patrón
era San Andrés, que fue crucificado hasta su muerte en una cruz en aspa, y fue
utilizada por primera vez por el Duque Juan I Sin Miedo de Borgoña en la Guerra
de los cien años, en torno a 1400.
La
llegada a España de este emblema se produce con Felipe I de Habsburgo, Duque de
Borgoña, casado con Juana I de castilla, que llegó a la península en 1502, con
un importante séquito, en el que se encontraba su guardia personal o “Guardia
Borgoñona” cuyo emblema era la Cruz de San Andrés en rojo sobre fondo blanco.
Del
mismo modo, Felipe I vinculó a la Corona de España no sólo el ducado de Borgoña
y su Cruz de San Andrés, sino también la Orden del Toisón de Oro, instituida en
1429 por el duque de Felipe III de Borgoña, así como la condición de Gran
Maestre de la Orden que hoy en día ostenta S.M el Rey Felipe VI en su condición
de Duque de Borgoña.
Y aquí quiero hacer un inciso,
pues en mis hijas se da una condición única en la historia, cual es la de ser
descendientes en línea directa del Primer Toisón de Oro concedido por S.M. Don Alfonso
XII tras la reinstauración de la Monarquía en la dinastía Borbón, después de la
I República y el efímero reinado de Amadeo de Saboya, en la persona del padre
de su tatarabuelo, Pedro Gómez de la Serna y Tully, y del primer Toisón de Oro
concedido por S.M. Don Juan Carlos I después de la reinstauración de la
Monarquía en la Dinastía Borbón. tras la II República y el franquismo, en la
persona de su abuelo, mi padre, Torcuato Fernandez-Miranda y Hevia.
Pero volviendo a la Cruz de Borgoña,
recordemos que, con la dinastía de los Austrias, a su vez Duques de Borgoña, la
Cruz se adoptó como elemento común para las banderas españolas de la época y
los estandartes militares.
En tierra, esta bandera ondeó
probablemente por primera vez como insignia española del ejército de Carlos I
en la batalla de Pavía, en 1525.
Posteriormente se convirtió en la más
característica de las utilizadas por los tercios españoles y regimientos de
infantería del Imperio español durante los siglos XVI, XVII, XVIII y comienzos
del XIX.
Dado que el paño blanco con el
escudo del Rey era propio de la Casa de Borbón, se utilizó en el siglo XVIII como
Bandera Nacional por las distintas ramas de los Borbones que reinaban en
Francia, Nápoles, Toscana, Parma o Sicilia, además de España, por lo que Carlos
III decidió cambiar el pabellón nacional por la actual bandera rojigualda en el año 1785,
en su génesis solo para la Armada, con la finalidad de diferenciar mejor sus
naves de las de estas otras naciones, y
que, sin embargo, no comenzó a utilizarse por el ejercito de tierra hasta 1843.
En cualquier caso, la Cruz de
Borgoña seguiría muy presente en la vexilología patria.
Muchas banderas, guiones y
estandartes actuales de unidades del Ejército español siguen presentando este
emblema.
Un claro ejemplo lo constituyen los guiones y
estandartes de la Guardia Real, así como el Escudo de Armas del Rey Juan Carlos
I, aunque no así el de Felipe VI.
A nivel aéreo, el símbolo fue
adoptado en el Ejército del Aire poco tiempo después de la creación de esta
fuerza en España a partir de 1939, cuando se creó el Ministerio del Aire.
Los aviones militares españoles
aún incluyen en su cola la cruz de San Andrés en Negro sobre fondo blanco, además de la escarapela rojigualda, como puede verse en esta fotografía.
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