A diferencia de Chateaubriand hablo frecuentemente de mis intereses, de mis emociones, de mis trabajos, de mis ideas, de mis afectos, de mis alegrías, de mis tristezas, sin pensar en el profundo tedio que el francés temía causar a los demás hablandoles de si mismo.
Páginas
▼
martes, 27 de enero de 2015
lunes, 26 de enero de 2015
viernes, 23 de enero de 2015