A diferencia de Chateaubriand hablo frecuentemente de mis intereses, de mis emociones, de mis trabajos, de mis ideas, de mis afectos, de mis alegrías, de mis tristezas, sin pensar en el profundo tedio que el francés temía causar a los demás hablandoles de si mismo.
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domingo, 27 de marzo de 2016
lunes, 21 de marzo de 2016
EJERCITO, MUERTE Y RELIGIÓN
Este post lo escribí y publique hace años, pero creo que hoy su republicación viene al pelo
Desde instauración de
la democracia, tras la aprobación de nuestra constitución los diversos partidos
en el Gobierno han aplicado políticas muy restrictivas en relación con las
fuerzas armadas.
Inicialmente tanto la
UCD como el PSOE en poder, hicieron un gran esfuerzo por despojar al Ejercito
de todo carácter de “amenaza” frente a las autoridades civiles, tratando de
eliminar la tradición golpista que caracterizó a nuestras fuerzas armadas durante
el s.XIX y la primera mitad del s.XX.
Siempre, y en todas partes hay algún imbécil |
El empeño se incrementó
en tiempos de Rodríguez Zapatero, que convirtió a nuestros ejércitos en una
especie de ONG armada y sin objetivos claros con la inestimable ayuda del General
Julio Rodriguez, Podemita elevado por Zapatero a la categoría de JEMAD.
Por ejemplo, Zapatero
creó una división de intervención rápida militar para combatir los incendios
forestales, en vez de incrementar los efectivos de protección civil, con
equipos especializados, que hubiese sido lo normal.
De ahí la
intervención en guerras internacionales como las de Afganistán o Irak, en las
que los socialistas se esforzaron en reiterar que nuestro ejército actuaba en
“misiones humanitarias” cuando lo cierto es que eran fuerzas armadas implicadas
en acciones militares y que sufrieron casi cien bajas mortales en “acciones
bélicas”.
Lo cierto es que si
han existido, aunque disfrazadas, acciones verdaderamente militares
desarrolladas por nuestras fuerzas armadas en estos últimos años, como las
labores de apoyo a programas humanitarios en Afganistán o la escolta de barcos
pesqueros en el índico por buques de la armada para su protección contra la
piratería somalí.
Lamentablemente el
panorama no ha cambiado mucho como consecuencia de los recortes presupuestarios
necesarios para solventar nuestra crisis económica que aplicó el Gobierno del
PP, con lo que nos encontramos con ser uno de los países de la unión que menor
porcentaje de su PIB aplica a las inversiones militares.
El artículo 8º de
nuestra Constitución dice en su párrafo 1:
“Las Fuerzas Armadas,
constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire,
tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender
su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.”
Es decir, que sus
funciones no son las humanitarias de las ONGs que les se les ha venido
atribuyendo: desde los retenes anti incendios forestales a “labores
humanitarias” en el tercer mundo, salvo que las mismas contribuyan,
directamente o indirectamente, al cumplimiento de las que Constitucionalmente
tienen atribuidas y que son:
1.- Garantizar la
soberanía e independencia de España
2.- Defender la
integridad territorial de España
3.- Defender el orden
constitucional
Pero que duro resulta
a la a la casta política aceptar esta declaración constitucional en donde los
conceptos de “soberanía” e “independencia de España” y de “Integridad
territorial” chirrían en las mentes dogmáticas de izquierda y llena de maricomplejines
a la derecha.
La labor de la
izquierda es constante, como una gota china, en este sentido. Hace poco el
Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, afirmó ante los medios de
comunicación, en respuesta a la pregunta “¿Qué ministerio suprimiría Vd. Si
llegase al Gobierno?”, “El de Defensa”, aunque, claro, rectificó al poco
tiempo.
Pero esa actitud
antimilitarista a la izquierda le sale por los poros.
Gabriel Albiac se
refería hace poco a las declaraciones de otro miembro de PSOE (un concejal madrileño)
que se lamentaba porque se cantase una marcha sobre la muerte de contenido
religioso en un acto de la Policía Municipal de Madrid.
Esa canción es el
conocido “La muerte no es el final”, canción cristiana compuesta por el
sacerdote español Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991) y adaptada por Tomas
Asiaín; su pasaje central fue elegido en 1981 como himno para honrar a los
mártires de las fuerzas armadas españolas. Su letra adaptada a las ceremonias
castrenses es:
Cuando la pena nos
alcanza
por el hermano
perdido,
cuando el adiós
dolorido
busca en la Fe su
esperanza.
En Tu palabra
confiamos
con la certeza que Tú
ya le has devuelto a
la vida,
ya le has llevado a
la luz.
Ya le has devuelto a
la vida,
ya le has llevado a
la luz
Y
es que el hombre de armas donde encuentra el consuelo frente al riesgo de la
propia muerte o la de sus compañeros, es, precisamente en ese mundo, en el de
la religión, y como nos dice Albiac en una reciente columna de ABC:
“El deseo de cantarla
(a
la muerte) es la más honda melancolía del humano”
Y
lo es porque para el ser humano no basta con aceptar un final sin más en la
muerte y busca su trascendencia.
Se
escandalizan los progresistas por el hecho de que en el mundo militar
exista una mitología de la muerte y de la trascendencia de lo humano,
manifestada en los himnos de respeto a sus caídos.
La
Muerte no es el Final, canta doliente el himno fúnebre castrense, y
efectivamente no lo es, porque si lo fuera, si fuera el final, carecería de
sentido el sacrificio de la propia vida y se ruega a un Dios protector por los
compañeros abatidos.
Sólo
desde el amargo convivir con la muerte, como eventualidad siempre presente,
puede entenderse la fe del combatiente ante su posible muerte y la necesidad de
ampararse en esa profunda melancolía de la fe.
Y
cuando el riesgo de muerte, el compromiso de derramar hasta la última gota de
la propia sangre en la defensa de los compromisos honorablemente adquiridos, es
parte consustancial de una actividad humana como es la castrense, negar al
individuo poder aplicar un acento religioso a su concepción vital sería tan
aterrador como negar a cualquiera la libertad de conciencia.
Pero
claro, a la izquierda eso no le gusta, querría soldados ateos sin vocación,
pasión ni honor, dispuestos a masacrar a su propio pueblo si no se atiene a las
directrices del “aparatich” llegado el caso y sin hacer preguntas ni tener
resquicios de índole moral.
En
una gran y dura película llamada “Enemigo a las puertas” se refleja muy bien la
actitud de los comisarios de guerra soviéticos ante las propias tropas rusas
que cuando retrocedían ante el enemigo alemán eran ametralladas por esos mismos
Comisarios, para evitar su repliegue.
Ahora
el empeño se centra en negar a los miembros de las fuerzas armadas su
participación secular en actos de la Semana Santa, lo que está produciendo
conflictos en algunos ayuntamientos y que va a más.
asumiendo las consecuencias que ello pudiera tener
YIHAD, REFUGIADOS, ISLAM Y UNA PANDA DE MERMAOS
Durante
los últimos días, más bien semanas, hemos venido asistiendo no ya a un
espectáculo lamentable, sino a una serie de acontecimientos, que pese a su complejidad, son gravísimos para Occidente, entendiendo por OCCIDENTE
un modo de vida basado en la libertad, la tolerancia y la democracia, fruto de
dos mil años de historia en la que se han fundido las influencias del imperio
romano, las invasiones de los llamados bárbaros, la edad media, el Cristianismo
─aunque algunos personajes como Giscard Dèstayn se negaran a aceptar su mención
en la definición de la esencia de la Unión Europea por puro apaciguamiento de
los musulmanes instalados ya en Europa en su época─, la Reforma, la
Contrarreforma y la Revolución francesa, que en su combinación e influencias
mutuas ha dado lugar a lo que hoy en día es la Sociedad occidental, de raíz
cristiana y democrática.
Frente
a esta idea de vida nos encontramos con dos grandes amenazas muy reales, el
islamismo radical, concretado en las acciones del terrorismo yihadista, y el
populismo creciente, basado en el comunismo revanchista y resentido y que está
poniendo en peligro la estabilidad y gobernabilidad de los países europeos,
empezando por Grecia, siguiendo con Portugal y afincada ya en España.
La
combinación de ambas fuerzas ya fue denunciada por la activista antisoviética
de origen judío Nadiezda Mandelshtam ─que dedicó su vida, tras el
encarcelamiento y muerte de su marido Ósip en un campo de concentración, a
denunciar la degradación cultural y moral de la Unión Soviética─ con la
siguiente reflexión:
"La
atracción de los comunistas por el Islam no es casual. El determinismo, la
disolución del individuo en la sagrada militancia, el orden que aplasta al
individuo. Todo eso le atrae al comunismo más que la doctrina cristiana del
libre albedrio y el valor de la personalidad humana."
Pues bien, ese mismo
atractivo del comunismo hacia el islam se refuerza con la teoría de que el
Islam será un poderoso aliado para la destrucción del Sistema Occidental,
acobardado, relajado y dócil, como una reedición de las tesis del sionismo más
feroz, que yo consideraba hoy en día superado, representado por EL PLAN KALERGI
elaborado en 1923 por el político austriaco Richard Nikolaus
Coudenhove-Kalergi para destruir a
Europa y exterminar a la raza blanca, mediante el fomento del multiculturalismo
(el primer paso hacia la dictadura de un único estado mundial) y la inmigración
masiva de negros, asiáticos, mestizos latinoamericanos, amerindios y musulmanes
con el fin de mezclarlos racialmente, produciendo así, según sus propias
expectativas, una raza mestiza pasiva, amansada, predecible y manipulable, de
carácter e formación inferior sobre la cual pudiera gobernar eternamente la
élite aristocrática judía, pues dicho carácter acomodaticio y su falta de
preparación intelectual les impediría organizarse para rebelarse, e incluso
darse cuenta de que están siendo dominados.
No creo que este PLAN
KALERGI ─que para mayor INRI era un mestizo hijo de un austriaco y una
japonesa─ esté hoy en día en la mente de ningún político europeo, pero sus
conclusiones se acercan mucho a las de la multiculturalidad proislámica de la
izquierda más radical, lo que no deja de aportar un elemento más de temor hacia
sus posicionamientos políticos.
Efectivamente, en mi post
Izquierda e islam, publicado en 2010 en mi BLOG REFLEXIONES HETERÓCLITAS, ya
describía ese efecto de “inmigración-Invasión” que hoy estamos presenciando.
Se me llamará racista y
xenófobo, pero el descontrol de ese proceso de inmigración constituye un
verdadero peligro para nuestras sociedades democráticas.
Y las pruebas están siendo
evidentes. Citemos sólo algunos ejemplos:
La detención del terrorista cerebro de los atentados de París, Salah Abdelman, ha venido seguido de manifestaciones violentas de los residentes en el barrio belga de Molenbeeck, autentido Gheto islamista.
1Un
30% de los musulmanes nacidos de segunda o tercera generación en el reino unido
afirman la prevalencia de la Sharía ( o ley coránica) sobre las leyes aprobadas
por el Parlamento Británico.
La
oleada de violaciones de ciudadanas de esos países, ocurridas en Alemania,
Dinamarca, Suecia y Noruega durante estas últimas semanas han sido
protagonizadas por musulmanes refugiuados sirios.
3 El
90 % de los refugiados sirios que han invadido Europa son hombres entre 20 y 40
años que deberían estar en sus países defendiendo su fe y sus propiedades
frente al ISIS.
4 Pese a los intentos de integración
cultural en los países de acogida, los inmigrantes musulmanes han constituido
sus ghetos culturales, religiosos e idiomáticos, con sus leyes propias, creando
verdaderos Estados paralelos a los Estados de las Naciones de acogida.
La izquierda radical les hace el juego
entre el buenismo, la corrección política y la complicidad antisistema.
Recordemos que la alcaldesa de Madrid, la senil Carmena ya ha anunciado que del
presupuesto municipal se dedicará idéntica partida a las celebraciones de la
Semana Santa Católica, religión absolutamente mayoritaria en Madrid, y a las
celebraciones del Ramadán musulmán y el año nuevo chino, propiciando el
absurdo, casi de chiste, acoja un refugiado en su casa.
6 Los ataques a la Iglesia Católica y las
profanaciones de sus templos por parte de los mermaos perroflautas es
constante, pero no se ha producido ningún atentado contra mezquitas, madrasas,
o centros islámicos.
7 Solamente Suiza y Croacia han prohibido
la construcción de mezquitas en su territorio.
8 Los atentados islamistas en distintas
ciudades de Europa son el pan nuestro de cada día.
Y la pregunta es ¿Hasta
cuando los cristianos, y en general los occidentales, tenemos que soportar pacíficamente esta
situación?
El “apaciguamiento”, o
pacto con el enemigo por miedo a su reacción, del que Chamberlain, primer
ministro inglés fue ejemplo con los pactos de Munich firmados con Hitler, fue
bien definido por Churchil:
“Se
trata de dar de comer al cocodrilo sin darnos cuenta de que cuando haya crecido
lo suficiente nos devorará a nosotros”
Hoy Europa está en la misma
tesitura sobre la falacia de la “solidaridad” con los refugiados, no olvidemos
que denunciada por algunas instancias de la Iglesia Católica como el principio
de la “Tercera Guerra Mundial” y lo único que me inspira esta situación es el
recuerdo del poema de Almafiera (Pedro Bonifacio):
¡Molto Più Avanti!
Los que vierten sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;
los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos, sobrantes.
¡Ah! Nunca quieras remediar entuertos;
nunca sigas impulsos compasivos;
ten los garfios del Odio siempre activos
y los ojos del juez siempre despiertos...
¡y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!
Los que vierten sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;
los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos, sobrantes.
¡Ah! Nunca quieras remediar entuertos;
nunca sigas impulsos compasivos;
ten los garfios del Odio siempre activos
y los ojos del juez siempre despiertos...
¡y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!
Aunque
se me acuse de xenófobo o antisolidario.